Esto explica por qué su uso es tan amplio tanto de forma interna como aplicado de forma tópica. Su utilidad ya registrada en los textos del año 74 DC lo califica en heridas, abscesos, contusiones, manchas, orzuelos, caída del cabello, herpes genital, amigdalitis y hemorroides.

Una planta con una trayectoria de 5.000 años de historia en su uso médico. Es uno de los productos mejor desarrollados en la naturaleza con más de 200 principios en su composición.

Como antibiótico es muy específico de cierto número de patógenos. Tanto en su consumo interno como en aplicación externa. Antiinflamatorio de amplio espectro. Incluye inflamaciones lumbares, del sacro, intestinales, del estómago (gastritis y colitis). Hay que prestar atención a uno de sus componentes la aloína, que es profundamente laxante y puede en algunos casos ser purgante. Por esto debe lavarse el cristal de la sábila antes de consumirla. La planta debe ser de un mínimo de 3 años de edad.

Debe provenir de un terreno agrícola y no de un parque, recuerde que los pesticidas, matamalezas, orina de animales domésticos pudieron ser absorbidos por la planta.

Solo se consume la parte verde de la hoja, las partes blancas de su área inferior y su punta deben de ser removidos. La planta es limpiadora, antiséptica, suavizante, fungicida. Tiene principios que inhiben el virus del VIH. Otras de sus facetas es para la circulación y regulación de la presión arterial. Existen muchas variedades de sábila, la más importante para su uso es el Aloe barbadensis Miller. Utilice esta planta milenaria y aproveche sus múltiples beneficios. (O)

López, L. (2018). Recuperado de: https://www.eluniverso.com/vida/2018/09/11/nota/6947771/hablemos-sabila

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